"En ocasiones me avergüenzo de vivir en este planeta,
de pertenecer al género "humano"
cuando veo las aberraciones que mis congéneres siguen ejecutando."José Esteban Rico Sogorb
Faltó poco para que no nos diéramos cuenta de su presencia en el túnel, pero al oírnos ella se apretó aún más contra la pared y fue ese movimiento el que la delató. Tenía la ropa destrozada, los pantis hechos jirones a la altura de los tobillos, un incipiente moratón en su mejilla, el labio partido... pero quizás lo que más me impresionó fue su mirada... reflejaba tanto miedo, tanto dolor, tanto asco, tanta rabia, tanta impotencia y a la vez tanto vacío...
Noté como temblaba mientras trataba de tapar su cuerpo, y cómo ese temblor aumentaba al acercarse Mario. Al verlo le detuve, saqué el móvil del bolso y mientras se lo pasaba le dije:
- Llama a una ambulancia... y a la policía - añadí.
Me acerqué a la chica y la cubrí con mi abrigo, mientras le susurraba que ya estaba a salvo, que todo había pasado. Seguí allí, acariciando su pelo y abrazándola hasta que llegaron. A veces me pregunto cuál de las dos se sintió más reconfortada por ese abrazo.
Cuando la iban a meter en la ambulancia se aferró a mi mano y sentí cómo, sin decir palabra, me suplicaba que fuera con ella. Me giré y le dije a Mario:
- Me voy con ella... te llamo luego...
Mario asintió.
Ella me miró fijamente a los ojos: nunca antes sentí tal gratitud.
Había pasado ya un mes y medio desde aquello y no había recibido noticias suyas. Tampoco yo la había llamado... ¿qué se hace en esos casos? No sabía si mi llamada la ayudaría, o simplemente le haría recordar toda la pesadilla.
Entonces, ese día, la vi. Iba a llamar su atención cuando las palabras quedaron congeladas en mi boca al ver la dirección que tomaban sus pasos...
Mientras ella entraba en aquel edificio me sentí ridícula por haberla dicho que lo peor había pasado...
- ¿Qué haces ahí parada mirando la clinica abortiva? ¿Tienes algo que contarme? - la voz angustiada de Mario me trajo de vuelta.
NOTA: se trata de una historia ficticia escrita en primera persona, por desgracia el trasfondo es muy real para muchas mujeres.
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