"La maté porque la amaba,
la maté porque era mía"
Platero y tú
- Alejandra, ¿puedes decirme de qué estábamos hablando?
Al oír su nombre Alex tomó de nuevo contacto con el mundo que la rodeaba... Apenas le llevó unos segundos enfocar la mirada para encontrarse con el rostro avinagrado de "La Urraca". La sonrisa triunfal de la profesora fue desapareciendo a medida que Alex iba repitiendo palabra por palabra lo que había estado diciendo.
Alex tenía una capacidad increíble para evadirse totalmente del mundo que la rodeaba y refugiarse en uno propio mucho más agradable e interesante. Pero además tenía el don de, si lo deseaba, saber que ocurría en el mundo real. Era algo así como lo que les pasa a los tíos, que no te escuchan, y cuando haces la pregunta "¿me estás escuchando?", buscan en el buffer y te repiten lo último que les has dicho.
Carlos no pudo evitar una sonrisa que fue interceptada por los ojos de "La Urraca".
- ¿Que le hace tanta gracia Carlos?
- Uhmm, nada señorita.
- A lo mejor quieres ir a contárselo al director...
"La Urraca" odiaba a Alex, y por añadidura a Carlos...
- Él no ha hecho nada- dijo Alex.
- ¿Cómo? - "La Urraca" se giró para mirarla con ojos llameantes.
- He dicho que él no ha hecho nada - repitió Alex, ignorando los gestos de Carlos para que no se metiera.
- Está bien, entonces será usted la que vaya a ver al director.
Antes de que hubiera terminado la frase Alex estaba saliendo de la clase.
- Siéntese Carlos, no le he dado permiso para moverse - chilló "La Urraca" al ver el ademán de Carlos de levantarse.
Alex llamó a la puerta del director, quien la hizo pasar.
Al levantar la mirada y encontrarse con el rostro de Alex, se dibujo una expresión de preocupación en su rostro. Se giró para contemplar los horarios de todas las clases que estaban colgados en el tablón.
- Tenías clase con "La U..." con doña Gloria, ¿no?
Alex intentó disimular una sonrisa ante el desliz del director.
- Sí.
- ¿Y que ha sido esta vez?
- ¿Existe alguna vez una razón?
- Alex...
En ese momento sonó el timbre, y apenas un instante después la puerta se abrió y entró Doña Gloria.
- Creo que deberíamos llamar a su padre, esta chica no tiene ningún respeto por la autoridad y su interés en las clases es nulo.
- Esta bien, Gloria, yo me encargo de esto ¿de acuerdo?
Ella lo miró sin ningún convencimiento y salió.
- ¿Por qué has tenido que hacerlo? - preguntó Carlos.
- ¿Hacer? ¿El qué? - respondió Alex.
- Sabes bien a qué me refiero, si tu padre se entera...
- Pero no se enterará. El director no le llamará, creo que presiente lo que pasa, y es un tío legal.
- Pero...
Alex le agarró la barbilla, le acercó hasta ella y le dio un beso.
- No habría sido justo. No te preocupes ¿vale?
- Quizás podrías hablar con él...
- Tengo que irme... ¿te veo mañana? - Alex evitó el tema una vez más.
- Vale, ¿a las cuatro donde siempre?
Alex asintió, le dio otro beso y se fue.
Carlos la vio alejarse. Hacía calor, y sin embargo llevaba manga larga, y pantalones hasta los tobillos.
Y una vez más sintió esa ira, desprecio, impotencia.
Al llegar a casa vio el coche de su padre aparcado a la puerta. Un escalorfrio le recorrió el cuerpo.
Abrió la puerta, procurando no hacer ruido. Entró con intención de ir directamente a su habitación, pero al pasar delante de la puerta del salón oyó la voz de su padre.
- ¿Alex?
- Sí.
- No tienes nada que decirme.
- No...
- Pues al parecer tu profesora de historia no opina lo mismo.
El rostro de Alex se quedó libido.
- Ven aquí.
- Papa... no he hecho nada... esa mujer es idiota... - nada más pronunciar esas palabras supo que había sido un error.
Plaf, la silueta de la mano de su padre quedó marcada en la cara de Alex.
- ¿No te he enseñado a hablar con respeto de los mayores? - le gritó.
- Sí papa, perdona... Ella me tiene manía...
- No me extraña, no tienes respeto por nada.
- Eso no es cierto.
- No me repliques.
Y como tantas otras veces los golpes empezaron... Alex se alegró una vez más de su don para evadirse, para desconectar de ese maldito mundo real.
- Mama...
- Sí, cariño.
- Yo... quería comentarte una cosa... - había prometido a Alex que no diría nada, pero durante la noche había decidido que hay promesas que no deben ser cumplidas...
- ¿Qué ocurre?
- Alex... bueno tiene un problema...
De fondó se oyó al presentador del telediario decir:
"Ayer murió la joven de 16 años Alejandra Pérez González, víctima de malos tratos. Al parecer su padre... "
- ¿Carlos? ¿Estás bien?